La decisión unilateral de Arabia Saudí -el principal productor mundial de petróleo- de recortar su oferta en un 10%, lo que equivale a un millón de barriles diarios menos, ha tenido efectos inmediatos: la subida del precio, el objetivo perseguido para equilibrar sus finanzas. Los ... demás socios de la OPEP han optado por mantener la reducción de sus bombeos hasta finales de 2024 y también se beneficiarán de la medida. El abaratamiento del crudo en el último año lo ha situado por debajo del nivel previo a la guerra de Ucrania y ha ayudado a contener la inflación, la mayor inquietud de las principales economías. La iniciativa adoptada por Riad, aun a riesgo de reducir sus ventas, no solo presiona de nuevo al alza el IPC en un contexto de aumento de los tipos de interés y enfriamiento de la actividad. Además, añade tensión a sus ya precarias relaciones con Estados Unidos y aporta oxígeno a las alicaídas arcas de Rusia, cuyas exportaciones petrolíferas son las más elevadas desde que invadió el país vecino. Un nuevo escenario que complica la salida a la crisis inflacionista y que Arabia Saudí y la OPEP deben ser los primeros interesados en que no desate una recesión mundial.

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