Varios militares ofrecen ayuda en una zona afectada por la DANA. EP
Opinión

Paso al frente

El despliegue de 10.000 militares y policías ordenado por Sánchez corrige la tardía e insuficiente respuesta institucional a la dana de Valencia

Domingo, 3 de noviembre 2024, 00:49

El inmediato despliegue anunciado ayer por Pedro Sánchez de 5.000 militares más y de otros tantos policías y guardias civiles en la Comunidad Valenciana, que se unirán a los que están sobre el terreno, para participar en las tareas de emergencia y de rescate ... de las víctimas de la dana que todavía permanecen sepultadas bajo toneladas de lodo y escombros confirma una clamorosa evidencia: la movilización de recursos por parte del Estado -de la Generalitat y el Gobierno central- desde que se produjo la mayor catástrofe había sido hasta ahora manifiestamente insuficiente. La imprevisibilidad de una riada de tal magnitud pudo justificar la falta de reflejos con la que actuaron las instituciones en las primeras horas. Inexplicablemente su respuesta en los días posteriores ha seguido sin estar a la altura que exige la tragedia pese a las dantescas imágenes de las zonas devastadas, la ausencia de suministros básicos en una parte de ellas, el desamparo en el que se sienten numerosos damnificados y el sobrecogedor balance de muertos y desaparecidos.

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El nuevo operativo puesto en marcha, el mayor del Ejército y las fuerzas de seguridad en tiempos de paz, decidido por el presidente en coordinación con el líder valenciano Carlos Mazon, resultaba imprescindible para compensar esas carencias y se corresponde con el carácter histórico del desastre. Sánchez emplazó a la Generalitat a pedir cuanta ayuda necesite y enfatizó que España dispone de medios para hacer frente a esta tragedia. Es de agradecer que eludiera entrar en el barro partidista, aunque reconociese negligencias en la gestión de la crisis, que a la vista de los hechos resultan innegables, sin concretarlas ni adjudicarles autoría. Como bien dijo, tiempo habrá de evaluar errores, depurar responsabilidades y, en su caso, corregir y aplicar los mecanismos que correspondan. La prioridad ahora es atender una urgencia que requerirá una estrecha colaboración entre las administraciones al margen de su color político.

El paso al frente dado por Sánchez enmienda la injustificable inacción a la que había conducido la controversia sobre las competencias de los diversos niveles institucionales, que en medio de un caos monumental ha llegado a poner en tela de juicio la eficacia en el funcionamiento del Estado autonómico en una situación de emergencia. El Gobierno y la Generalitat están obligados a ir de la mano para ofrecer la mejor respuesta a la catástrofe.

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