La OPA hostil lanzada por BBVA sobre el Sabadell al mismo precio al que acaba de ver rechazada una oferta de fusión amistosa brinda a los accionistas del banco catalán la oportunidad de decidir la mejor alternativa para el futuro de la entidad. En torno ... a la operación pende un posible boicot del Gobierno, hasta ahora de perfil -salvo los ministros de Sumar, opuestos a ella-, pero que ayer expresó serios recelos por sus «efectos nocivos potenciales» y recordó que «tiene la última palabra». El grupo presidido por Carlos Torres difícilmente podía arrojar la toalla sin más tras haber enseñado sus cartas para crecer con un socio tan complementario. Resulta obvio que la propuesta deberá someterse a las autorizaciones correspondientes, en las que serán valoradas, entre otras cuestiones, su impacto sobre la competencia y los consumidores en un sector con una concentración ya muy elevada, así como sobre el empleo. El Ministerio de Economía también aludió a la «cohesión territorial». Esos análisis han de regirse por un escrupuloso rigor técnico, no por intereses políticos, aunque las intensas presiones procedentes de Cataluña para frenar la iniciativa sobrevolarán el proceso.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad