Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Una vez despejada la incógnita sobre los candidatos de las principales fuerzas políticas, salvo Elkarrekin Podemos, Euskadi ha entrado en tiempo preelectoral. La aprobación la próxima semana de seis leyes -entre ellas, las de educación y empleo- y de los Presupuestos agotará de facto la ... legislatura a la espera de que el lehendakari fije la fecha de las autonómicas, que previsiblemente antecederán a las europeas del 6 de junio. Sean cuales sean sus resultados, los comicios vascos supondrán una profunda renovación en nuestras instituciones. El estreno de los aspirantes a Ajuria Enea del PNV -Imanol Pradales-, EH Bildu -Pello Otxandiano-, PSE -Eneko Andueza- y PP -Javier de Andrés-, todos ellos varones en una comunidad que presume de feminista, retrata un relevo generacional que se extenderá al Parlamento y presumiblemente al futuro Gobierno, a cuyo frente dejará de estar Iñigo Urkullu al prescindir de él Sabin Etxea.
Los vientos de cambio son muy visibles en las listas jeltzales, de las que desaparecen todos los consejeros del Ejecutivo, salvo Nerea Melgosa, y los presidentes del partido en Gipuzkoa y Álava. La salida de Joseba Egibar, un referente del nacionalismo desde hace más de tres décadas, y de José Antonio Suso sugiere un próximo relevo de sus responsabilidades orgánicas en paralelo a la posible sustitución de Andoni Ortuzar en el EBB. El vicelehendakari Josu Erkoreka también ha confirmado que deja la primera línea política. Al nuevo ciclo en el que se dispone a entrar el PNV no es ajeno su notorio desgaste, manifestado en dos severos revolcones en las urnas este año que han alimentado en su filas el vértigo a ser derrotado por una pujante izquierda abertzale, lo que carece de precedentes. EH Bildu apuesta fuerte al presentar al joven estratega del viraje con el que pretende ensanchar su base electoral más allá del independentismo. Aunque perteneciente al núcleo duro de Sortu, el hecho de que Otxandiano no esté manchado por el pasado de servilismo de la antigua Batasuna respecto a ETA juega a su favor en ese sentido. Ello no obsta para que la marca soberanista, si quiere resultar creíble, deba realizar una sincera autocrítica sobre su vinculación con el terrorismo.
El tiempo aclarará si las nuevas caras traen también nuevas y más atractivas propuestas para encarar los grandes desafíos de una Euskadi que parece más preocupada por el funcionamiento de los servicios públicos que por las aspiraciones identitarias.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.