

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Euskadi abre un nuevo ciclo que invita a la esperanza. Debe ser capaz de aprovechar sus amplios pactos para impulsar su progreso y aplicar con ... celeridad correcciones en la gestión pública de materias sensibles para el bienestar social. Es evidente que no ayudan la guerra comercial de Trump ni la deriva populista mundial. Pero no hay que olvidar que, no hace tanto, los vascos salimos adelante en circunstancias extraordinariamente difíciles provocadas por una dura reconversión industrial y, sobre todo, por el zarpazo del terrorismo, cuyas traumáticas secuelas aún perduran.
En un horizonte despejado de elecciones hasta 2027, salvo un eventual adelanto de las generales al que Pedro Sánchez se resiste, el País Vasco tiene por delante dos años sin la presión añadida de las urnas para avanzar con un paso de gigante. Especialmente en la mejora de los servicios públicos, la consolidación de los marcos de convivencia y la legitimación de un sistema de autogobierno que ha permitido a los vascos altas cotas de prosperidad, a pesar del desprecio mostrado por aquellos que ahora reivindican una apuesta institucional y una voluntad por el pacto entre diferentes que antes negaban de la forma más cruel.
Catorce años después del final de ETA, el país afronta un tiempo de estabilidad inédito. Cuenta con gobiernos sólidos en sus principales instituciones gracias al acuerdo PNV-PSE, presupuestos en las tres diputaciones y capitales, incluso con el respaldo de EH Bildu y el PP, y una reforma fiscal pactada con Podemos, aunque controvertida. Más allá de la legítima disputa ideológica, los partidos están obligados a concentrarse en las demandas ciudadanas en favor de una gestión más eficaz para recuperar el prestigio perdido en servicios esenciales. A saber entender una sociedad sin la pulsión identitaria del pasado, sensible en lo social y que se aleja de los conflictos estériles. Una comunidad en permanente transformación, abierta al mundo y en la que los jóvenes y los nuevos vascos reclaman su sitio en condiciones dignas.
Culminadas las renovaciones de sus direcciones, PNV, Bildu y PSE tienen la oportunidad de aprovechar la ronda de conversaciones entre sus líderes para ofrecer certezas a una ciudadanía que necesita estabilidad, y más ante semejante desorden mundial. Dar prevalencia hoy al debate sobre un nuevo estatus es una aspiración lícita, pero supondría relegar retos de mayor urgencia y trascendencia para los vascos. La vivienda, la educación o la sanidad no pueden esperar.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
El ciclista vasco atropellado en Alicante murió tras caer varios metros al vacío
Alejandro Hernández y Miguel Villameriel
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.