El progreso y el bienestar de los que disfruta Euskadi son consecuencia de un esfuerzo colectivo prolongado en el tiempo. Un protagonismo coral en el que los empresarios han desempeñado un papel de primer orden al invertir en proyectos innovadores con visión de futuro y ... generar riqueza en su entorno. Al crear compañías competitivas que crean empleo y producen beneficios con los que se recaudan impuestos para financiar los servicios públicos. El 40 aniversario de Confebask, celebrado ayer en Bilbao con la presencia del Rey, constituyó un reconocimiento tan necesario como justo a esa función. También a la «resistencia» de los emprendedores vascos ante el terrorismo de ETA, que los persiguió con singular saña hasta el punto de cometer 49 asesinatos y 52 secuestros, y al afrontar las crisis que han azotado la economía en ese periodo. Felipe VI y el lehendakari, Iñigo Urkullu, coincidieron en ensalzar ese doble papel, que el presidente de CEOE, Antonio Garamendi, definió como «lección de compromiso». Una aportación al desarrollo de Euskadi no siempre valorada y que merecería un mayor aprecio social, como subrayó la máxima responsable de la patronal vasca, Tamara Yagüe.
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