Las previsiones apuntan a que este verano el sector turístico podría batir en España la cifra de 83 millones de viajeros de 2019. En un horizonte en el que el crecimiento económico se pondrá a la cabeza de los países de la UE gracias sobre ... todo a la afluencia de visitantes, surge la preocupación, compartida por toda la cuenca mediterránea, sobre la incidencia que los fenómenos meteorológicos extremos tendrán en su evolución. Olas de calor, sequía y sus efectos sobre la provisión de agua y la producción de alimentos y sus costes, incendios casi imposibles de atajar e inundaciones más frecuentes. La oferta turística debe adecuarse a esas circunstancias, al tiempo que afronta los retos de la sostenibilidad -también frente a la saturación- y la mejora de su calidad. España ofrece atractivos que es preciso activar frente a una emergencia climática que desplazará el interés hacia el norte en toda Europa. A la vez que propiciará la búsqueda de oportunidades de viajar a lo largo de todo el año. El elevado peso del sector en el PIB -el 12,2% frente, por ejemplo, el 16,9% de la industria- exige la imprescindible transformación del modelo de producción y crecimiento.

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