La Bienal de la Máquina-Herramienta, que abrió ayer su 32 edición, será hasta el viernes el escaparate de los últimos avances en un ámbito estratégico para la economía vasca, en el que Euskadi es destacado líder en España y un referente en el conjunto de la UE. Una actividad cuyo eje básico es la innovación y que tiene reservado un protagonismo de primera línea en la ineludible transformación a la que se enfrenta la industria para progresar en la digitalización y automatización de sus procesos productivos, con la ayuda de una paulatina presencia de la inteligencia artificial cuyo aporte transformador se antoja tan relevante en un futuro más bien próximo como difícil de intuir con una mínima exactitud en este momento. Como bien destacó el lehendakari en funciones, Iñigo Urkullu, el récord de ventas registrado el pasado año confirma la capacidad de respuesta del sector ante los retos pendientes en un contexto muy complejo caracterizado por la carestía de las materias primas y serios problemas en la cadena de suministros por las tensiones geoestratégicas. Pese a la caída en un 4% de la cartera de pedidos entre enero y abril, las expectativas de recuperación son esperanzadoras en el segundo semestre y aún mejores para 2025.
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La feria constituye una magnífica oportunidad para impulsar encargos al reunir a 1.558 empresas expositoras de 29 países, que han llenado los 150.000 metros cuadrados del BEC de Barakaldo y presentan casi 3.600 productos y servicios; entre ellos, 400 novedades internacionales, así como para observar en directo el funcionamiento de grandes máquinas y robóticas. Pese a los cambios a los que empujó la pandemia, el certamen demuestra el atractivo que conservan los eventos presenciales cuando, como en este caso, exhiben la tecnología más puntera de una especialidad clave para la economía y no se limitan a vender productos, sino a ofrecer procesos de fabricación en los que es esencial la relación entre clientes y proveedores.
Las cifras de la Bienal corroboran la buena salud de la máquina-herramienta, el corazón de la industria inteligente, cuyo desarrollo es determinante para el futuro del país. Euskadi, que siempre se ha caracterizado por estar en vanguardia de la innovación, necesita seguir siendo un fabricante de primer nivel en el sector y avanzar en la modernización de su tejido productivo con él, en el que las inversiones en el conjunto de España son insuficientes para dar el salto de competitividad que precisaría el país.
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