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La elección de Vicente Guilarte como presidente interino del Consejo General del Poder Judicial, sustituyendo a Rafael Mozo tras la jubilación de éste, que había asumido esa misma condición al dimitir Carlos Lesmes hace diez meses, evidencia aún más la anómala situación en que se ... encuentra el órgano de gobierno de los jueces, pendiente de renovación desde diciembre de 2018. El propio Mozo subrayó en su retirada esa «anomalía constitucional» que «debilita y erosiona las principales instituciones de la Justicia española y, por tanto, de nuestro Estado de Derecho». Esa anomalía no solo merma la composición del Consejo, sino que su provisionalidad rebaja las atribuciones para efectuar nombramientos imprescindibles en el funcionamiento de las distintas instancias judiciales. El nombramiento del nuevo responsable del CGPJ mantiene al magistrado Francisco Martín al frente del Tribunal Supremo, a pesar de que la Constitución prevea en su artículo 122 que ambos órganos sean encabezados por la misma persona, lo que añade otra anomalía a la situación.

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