Horas bajas para los Windsor

Carlos III y la princesa Catalina reciben tratamiento después de habérseles diagnosticado cáncer. El monarca hizo pública la enfermedad y su retirada de la vida pública. En el caso de la esposa del príncipe Guillermo, al conocimiento inicial de que debía someterse a una «cirugía ... abdominal» siguió una catastrófica política de comunicación, en la que la falta de respuesta a su prolongada ausencia solo consiguió estimular las más burdas especulaciones, que el propio Palacio de Kensington atizó al difundir una imagen manipulada. Lo insostenible de la situación llevó al final a que la propia enferma se dirigiera a la opinión pública mediante un vídeo. Al compartir con el conjunto de los británicos que padecen una dolencia que afecta a millones de familias en todo el mundo, el rey y su nuera cumplen con la exigencia de transparencia en cuanto servidores públicos. Una claridad que en modo alguno se contrapone con la privacidad a la que ambos tienen derecho como cualesquiera otros pacientes. La Casa de Windsor, que atraviesa sus horas más bajas desde la muerte de Isabel II en septiembre de 2022, parece haber encontrado el camino para mantener la vital conexión con la ciudadanía.