Los aranceles de hasta el 38% anunciados a las importaciones de coches eléctricos chinos son la drástica respuesta de la Comisión Europea a los «injustos» subsidios estatales que han permitido al gigante asiático invadir la UE con vehículos a precios sensiblemente más bajos que los ... fabricados en los Veintisiete y de una calidad homologable. La decisión está sujeta a las negociaciones que ambas partes mantengan hasta el 4 de julio. Bruselas está obligada a actuar contra ayudas que distorsionen la libre competencia en su mercado, aunque conviene agotar la vía del diálogo antes de emprender un pulso comercial con Pekín. La importancia estratégica de la industria del automóvil justifica el máximo celo en su defensa. El peso del sector invita también a reflexionar sobre el inquietante retraso de la Unión en el desarrollo del coche eléctrico, en el que, de cara a la transición energética en marcha, necesita ser tan competitiva como lo es ahora con el de combustión -uno de los puntales de su economía y del empleo-, lo que está muy lejos de ser realidad. Un motivo de inquietud que debería movilizar a las instituciones europeas, sobre todo si mantienen sus planes sobre la movilidad sostenible.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.