La reforma de la ley del 'solo sí es sí' no solo ha fracturado el Gobierno de coalición, sino que ha abierto una brecha entre el PSOE y varios socios de la investidura. Al frenar ayer, junto a Unidas Podemos, la tramitación en el Congreso ... de la proposición socialista, ERC y EH Bildu lanzaron el aviso a Pedro Sánchez de que, si no pacta los cambios con el Ministerio de Igualdad, tendrá que apoyarse en la derecha con el desgaste que ello pueda suponerle. Llevar el texto al pleno la próxima semana, como pretendían los socialistas, o el 7 de marzo, como al final sucederá, no tendría mayor relevancia si no fuera porque el revés al PSOE agudiza un pulso que desmoviliza a la izquierda en puertas de una doble cita electoral, retrasará la entrada en vigor de una norma llamada a cubrir las lagunas que han beneficiado a más de 500 violadores y porque, salvo un acuerdo que hoy parece lejano, la división sobre una bandera para el feminismo se visualizará en la previa de una fecha tan simbólica como el Día Internacional de la Mujer. Nada de eso favorece al Ejecutivo ni atiende la imperiosa necesidad de cortar cuanto antes un goteo de rebajas de penas que genera alarma social y causa un daño adicional a las víctimas.

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