Sería más que deseable que la voluntad por el pacto expresada por los principales partidos en Euskadi, y que ha culminado con un consenso sin precedentes en los presupuestos de las tres diputaciones, no acabara ahí. Sin las tensiones que han condicionado la política por ... el terrorismo y la pulsión identitaria, las fuerzas del Gobierno y de la oposición deben hacer un esfuerzo para trasladar la inercia por el diálogo a los retos de país aún pendientes. Aunque finalmente no haya prosperado el acercamiento de EH Bildu al primer proyecto presupuestario de Imanol Pradales, las formaciones que han hecho posibles cuentas y reformas fiscales por territorios y ayuntamientos tienen ahora la obligación de acordar los grandes temas generales que preocupan a la ciudadanía, como la vivienda y la sanidad. Desafíos que servirán para poner a prueba la cintura del tándem PNV-PSE y la firmeza de la mano tendida de la izquierda abertzale.
Publicidad
El clima parece propicio en una sociedad que mira a los problemas reales al pensar en la prosperidad antes que en una independencia que la dividía. La coalición soberanista ha reivindicado la vía institucional para facilitar al Gobierno de coalición PNV-PSE la aprobación de los Presupuestos en Bizkaia y Álava, a cambio de un paquete de inversiones sociales valoradas en algo más de 60 millones, mientras el PP se ha hecho útil en Gipuzkoa, el territorio más adverso a su electorado, al prestar su apoyo a los mismos socios en el Ejecutivo que lideran en minoría.
Aunque las motivaciones para el acuerdo sean legítimamente diferentes -no hay que olvidar que la izquierda abertzale y los nacionalistas se disputan el carril central y que los socialistas pueden encontrar en ella un socio de futuro como hoy lo es de Sánchez en Madrid o de Chivite en Navarra-, los partidos tienen la encomienda ciudadana de alcanzar amplios consensos en temas que marcan su vida. Como la vivienda para facilitar el alquiler o la propiedad en un mercado prohibitivo y la sanidad, que arrastra angustiosas esperas. Los inquietantes síntomas de retroceso en educación y la precariedad laboral que lastra a los jóvenes son otros frentes abiertos. La política debe prestigiarse con la búsqueda de soluciones estables a asuntos complejos como la inmigración, si es concebida como una oportunidad más que como problema, o la convivencia con el fin de que las discrepancias en el relato no desemboquen en una memoria fragmentada o, peor aún, en una falta de ella.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
A la venta los vuelos de Santander a Ibiza, que aumentan este verano
El Diario Montañés
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.