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El aumento en 129,4 millones de euros recaudados en impuestos por las haciendas vascas en el primer trimestre muestra el buen tono de la economía, aunque no da pie para lanzar las campanas al vuelo. Ese ascenso es consecuencia del favorable comportamiento del empleo ... y de las subidas salariales -las retenciones del IRPF los reflejan-, así como de la resistencia del consumo pese a la inflación, que se trasluce en el IVA. Si su magnitud -un 3,35%- representa apenas la mitad de la registrada el pasado año, que se cerró con un récord histórico, es porque entonces se produjeron ingresos excepcionales que distorsionan la comparación. Está por ver cómo afecta a los recursos con los que se financian las instituciones autonómicas la rebaja en dos décimas de la estimación de crecimiento para este ejercicio del Gobierno vasco -hasta el 1,9%- por la débil actividad en la UE, que inevitablemente repercute en Euskadi por el fuerte volumen de sus exportaciones. Las esperanzadoras perspectivas del mercado laboral y los efectos de la rebaja de tipos que prepara el BCE permiten cierto optimismo en ese sentido, a expensas de que el panorama geopolítico no cause nuevos terremotos económicos.
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