Un disparate incomprensible

Es inverosímil que el «todo se sabrá» apuntado por el expresidente de la Generalitat el jueves obligara al día siguiente al PP a revelar un planteamiento tan lejano al discurso de férrea oposición a la amnistía y a cualquier medida de gracia por el 1-O en el que se ha basado la estrategia de Núñez Feijóo contra Pedro Sánchez. Resulta también inverosímil que, con el Ejecutivo acorralado por las presiones de Junts, y por jueces, fiscales y la UE, los populares se enreden con mensajes abiertamente contradictorios con la que ha sido su doctrina oficial en esta materia, la misma con la que han lanzado una contundente ofensiva parlamentaria y en las calles en protesta por las cesiones del PSOE al independentismo. Hacerlo, además, a unos días de las elecciones en Galicia supone un monumental patinazo que cortocircuita su campaña, perjudica seriamente sus expectativas de conservar la Xunta e insufla oxígeno al Gobierno. Génova no parece haber aprendido nada de los groseros errores que le condujeron al fiasco del 23-J.

Es todo tan incomprensible que contribuye a dar carta de naturaleza a la amnistía al responder a una misma consideración de la política como un recurso omnímodo -y en esa medida, ventajista- a favor de lo uno y de su contrario. La actividad partidaria está a falta de una credibilidad que es exigible al PP como opción alternativa a Sánchez y por sus amplias cotas de poder. De ahí que deba despejar las dudas que ha alimentado con su disparatado proceder en un país que se pregunta si cuenta con valores de convivencia a salvo intereses fugaces.