Desamparo y solidaridad

El balance provisional de más de un millar de fallecidos y cientos de heridos traduce la catástrofe humana causada por el terremoto que la madrugada ... de ayer asoló el suroeste de Marruecos. La magnitud del seísmo, sentido en el sur de la península y Canarias, se alió con el aislamiento y las infraestructuras deficientes de las zonas más afectadas para deparar un panorama de aldeas destruidas y miles de casas derrumbadas en las montañas del Alto Atlas pero también en grandes ciudades como la más cercana al epicentro, Marrakech, que ha perdido parte de su valiosísimo patrimonio histórico. La calamidad pone a prueba la capacidad de las autoridades marroquíes para movilizar a todos sus efectivos de emergencia, además de requerir y canalizar la solidaridad que, empezando por España, llega de todo el mundo. La prioridad es rescatar a los atrapados entre los escombros pero, a la vez, hay que paliar el desamparo de los que se han quedado sin hogar o medios de vida y han pasado su segunda noche al raso por temor a las réplicas. La idoneidad de la respuesta de Madrid se medirá también por la adecuada atención a los españoles que viven en el país o que han visto truncadas sus vacaciones.