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Las sólidos indicios existentes sobre un intento de masiva compra de votos en Melilla el 28-M apuntan a la mayor operación de fraude electoral en nuestro país desde la Transición. Un mafioso conato de amañar los resultados que ha sido desmontado gracias al buen ... funcionamiento de las instituciones, pero que ha revelado grietas en la legislación vigente sobre el sufragio por correo que es preciso taponar. Resultaba inevitable que las más de 11.000 solicitudes para votar por vía postal -casi un 20% del censo- encendieran las alarmas. Las investigaciones en marcha señalan a una red que pagaría hasta 150 euros por papeleta y pretendía aprovecharse de que con ese sistema no es obligatorio acudir a una oficina de Correos con el DNI para identificarse. Cualquier persona puede entregar en nombre de otra, o de varias a la vez, el sobre remitido a su domicilio, una medida que acertadamente ha suspendido la Junta Electoral en Melilla. La total pulcritud exigible a unos comicios en una democracia demanda llegar hasta el fondo de la trama, depurar cuantas responsabilidades correspondan y adoptar las cautelas legales necesarias para que resplandezca la voluntad popular libremente expresada en las urnas.
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