La cumbre de la OTAN, que se desarrolla en Washington desde ayer hasta mañana, tiene la necesidad de avanzar en la unidad de criterios y en la aportación de medios entre los 32 miembros de la Alianza respecto a los desafíos en seguridad a los ... que se enfrentan las democracias, en una etapa en la que autocracias de diverso signo -empezando por Rusia, China e Irán- creen llegado el momento de prescindir de la libertad como destino de la Humanidad. Lo que exigiría mantener al alza el apoyo político y la colaboración técnica y material con Ucrania como señal inequívoca de compromiso con la soberanía de los pueblos y la integridad territorial de las naciones, elevando de grado el propósito aliado de que el país agredido por Putin se integre en la OTAN cuanto antes. Para lo que este encuentro tiene la obligación urgente de incrementar la responsabilidad de cada uno de los demás países respecto a la que viene desempeñando EE UU en la defensa y la seguridad comunes.

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La eventualidad de que Donald Trump regrese a la Casa Blanca tras las presidenciales del 5 de noviembre sitúa sobre el futuro inmediato de la OTAN una incógnita favorable a las expectativas del Kremlin. La temible posibilidad de que la primera potencia del mundo se desentienda de la suerte del resto está presente en la campaña norteamericana. Lo que no debería inducir diferencias en la cumbre por gobiernos -alguno de la UE- que manejan prioridades más o menos alejadas del objetivo ineludible de devolver a Rusia a su sitio. Pero sobre todo se trata de que el atlantismo más escéptico y potencialmente gregario de Trump no lastre los resultados de la reunión en cuanto al incremento presupuestario plurianual de todos los socios para la defensa militar de Ucrania y su reconstrucción, la identificación coincidente de las amenazas emergentes, la tecnificación coparticipada de los ejércitos de los 32 y la mejora en la operatividad de las estructuras atlánticas.

Y hay un aspecto crítico que la OTAN tendría que revisar en su 75º aniversario. La previsión de que Ucrania podría integrarse, pero solo después de que acabe la guerra desatada por Putin. Una cautela que pierde sentido cuando el Kremlin tiende a perpetuar el conflicto bélico y la destrucción del país invadido. El ataque ruso contra un hospital infantil de Kiev, dentro de un bombardeo diurno sobre la capital ucraniana con 38 muertos, confirma lo peor y es a lo que ha de responder la Alianza.

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