El primer paso hacia la aprobación por las Cortes de la proposición de ley para «reforzar la independencia» de la justicia que acompaña al pacto de PSOE y PP para renovar al fin el Consejo del Poder Judicial derivó en otro pleno bronco, que diluyó ... el efecto balsámico que pudo tener la firma del acuerdo. Es comprensible políticamente que los socios de Pedro Sánchez deploren una entente que les despoja de su influencia ineludible en el sostenimiento de la legislatura. Pero ese papel determinante, empezando por Sumar, no les puede llevar a concluir que Sánchez y su partido están maniatados para cualquier entendimiento que no sea con ellos. Es el precio de la dependencia mutua. Pero las mayorías cualificadas requeridas por el ordenamiento español y también por Europa solo pueden alcanzarlas la formación que gobierna y la que fue primera fuerza en las elecciones. El pacto constituye una autoenmienda de socialistas y populares, sujeta al examen de los hechos, respecto a conductas nocivas durante años contra la independencia del tercer poder del Estado. Las propuestas alternativas de quienes ayer cargaron contra los jueces resultaban excluyentes y dudosamente aplicables.
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