Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
La cifra de nacimientos en Euskadi fue el pasado año la más baja desde que existen registros. Los 13.613 bebés que vieron la luz suponen un 30% menos que en 2014, antes de que se iniciara una caída que aún persiste sin que exista ... garantía alguna de que ese indicador ha tocado fondo y se dispone a remontar. Es posible que la pandemia y las incertidumbres derivadas de la guerra en Ucrania expliquen en parte tal evolución, como sostiene el Gobierno vasco. Y que todavía lo hagan los efectos de la crisis financiera de la que la sociedad aún no se había recuperado cuando estallaron esas otras dos encadenadas. Nada de ello resta gravedad a una crítica situación demográfica que no deja de empeorar, cuya corrección es tan necesaria como extremamente compleja y en la que no cabe esperar soluciones milagrosas a corto plazo.
El Ejecutivo de Urkullu ha puesto en marcha ayudas directas -cuya eficacia cuestionan algunos expertos- y medidas de fomento de la conciliación, incluida la gratuidad de las guarderías públicas, en un plan de choque que pretende crear las condiciones para que los ciudadanos tengan los hijos que deseen. Aunque el diagnóstico de esa estrategia sea acertado y adecuadas las acciones previstas, tardará tiempo en dar frutos. Además, la Administración por sí sola no puede resolver un problema de hondo calado que tiene su origen en realidades económicas, sociales y culturales muy arraigadas. Son las causantes de la tardía emancipación de los jóvenes vascos, que retrasa la edad a la que tienen su primer hijo y condiciona contar con más, a lo que se suma ahora un reducido número de mujeres en edad fértil por el desplome en la natalidad a comienzos de los 90.
Adelantar la independencia de las nuevas generaciones y mejorar de forma efectiva la conciliación pasa por empleos estables, salarios dignos, viviendas asequibles y más inmigración. Pero también por repartir de forma equitativa las tareas domésticas y los cuidados, y por unos horarios laborales acordes al objetivo fijado. Todo ello, en una sociedad muy distinta a la de hace décadas -entre otros factores, por la masiva incorporación de la mujer al mercado de trabajo- y en la que ser padres ha dejado de ser una prioridad para numerosas personas. El desafío que encara Euskadi constituye una tarea colectiva que se asemeja a la cuadratura del círculo. De saldarlo con éxito depende el relevo generacional que garantice el futuro del Estado de bienestar y de nuestro país.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.