Diálogo necesario
Editorial ·
La incomunicación entre Sánchez y Núñez Feijóo es injustificable ante los exigentes retos que afronta el paísel correo
Lunes, 17 de octubre 2022, 01:03
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Editorial ·
La incomunicación entre Sánchez y Núñez Feijóo es injustificable ante los exigentes retos que afronta el paísel correo
Lunes, 17 de octubre 2022, 01:03
El hecho de que el presidente del Gobierno y el jefe de la oposición hayan mantenido un único y reciente contacto en seis meses pese al cúmulo de desafíos que tiene por delante el país, que exigiría un diálogo normalizado entre ellos aunque no se ... tradujese necesariamente en acuerdos, supone una anomalía representativa del deterioro de las relaciones partidarias. Las dificultades económicas derivadas de la guerra en Ucrania, el papel de España en ese conflicto, la inminente reforma de las pensiones comprometida con la UE y, por supuesto, el injustificable bloqueo en la renovación del Consejo General del Poder Judicial -el motivo del encuentro en La Moncloa- son solo algunas de las cuestiones que reclaman una interlocución directa entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. La disparidad de criterios al respecto entre ambos no justifica su incomunicación. Es más, hace particularmente necesario el diálogo en busca de puntos de encuentro o, al menos, de un intercambio civilizado de puntos de vista dispares, pero legítimos, en lugar de limitar sus relaciones al cruce de invectivas de grueso calibre desde diversas tribunas.
Esta realidad es consecuencia de una polarización que envenena el clima político. La lógica escalada de tensión entre las distintas formaciones en periodos preelectorales, en los que la lucha por el voto exacerba tradicionalmente las diferencias y fomenta las disputas encarnizadas, se ha cronificado desde hace años hasta crear un clima irrespirable. La aparición de nuevos partidos en los dos extremos del arco parlamentario ha consolidado unas trincheras ideológicas en las que se demoniza al rival del otro bando, tenderle la mano se confunde con una renuncia a los principios y pactar con él, con una traición. Ello coarta cualquier conato de entendimiento por temor a que sea interpretado como una muestra de debilidad.
Es necesario acabar con ese estado de cosas que daña la convivencia y socava el prestigio de las instituciones. La confrontación de opiniones es una de las señas de identidad de una democracia. El pulso entre las contrapuestas recetas que las distintas fuerzas políticas presentan para abordar los problemas del país representa uno de los ejes del sistema. La lógica del alineamiento entre los grupos de la izquierda, por un lado, y los de la derecha, por otro, no tiene por qué plasmarse en un frentismo ciego ni excluir posibles acuerdos transversales si así lo aconsejan los intereses del país.
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