La decisión de aplazar, hasta una fecha todavía no precisada, el lanzamiento de la misión Artemisa 1 cuando los ojos del mundo estaban ya fijos en Cabo Cañaveral supone un revés cuyo alcance dependerá de la evolución de los acontecimientos. La NASA insiste es que ... los retrasos forman parte del negocio. El episodio de ayer será anecdótico si la operación puede retormarse en unos días y más preocupante si resulta preciso devolver al taller el mayor cohete jamás diseñado. Pero hay tanto en juego en este programa para recuperar y estabilizar la presencia humana en la Luna, como paso previo para alcanzar Marte, que bien puede imaginarse el esfuerzo titánico de la Agencia Espacial de EE UU para perfeccionar ahora el enfriamiento de los motores del ELS y garantizar al máximo la seguridad de un vuelo no tripulado en esta fase inicial, pero que en unos años transportará a la primera mujer y a la primera persona afroamericana. En un módulo, con participación europea, cuyo blindaje deberá soportar temperaturas de 2.800º al entrar de vuelta en la atmósfera. Un contratiempo no detiene una enorme ambición sustentada en un coste colosal, que debe recuperar su calendario para borrarle la sonrisa a China.
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