Los partidos políticos en teoría se definen como un conjunto humano unido en torno a unos principios y un proyecto político que pretenden aplicarlo en la sociedad, lo que llamamos la finalidad social. No obstante lo anterior, es preciso añadir que como grupo tienen sus ... propios intereses. Ejercicio difícil poder compatibilizar ambos intereses, el general de la sociedad y el particular como partido, pero se puede llevar a efecto tanto desde la participación en los gobiernos, como desde la oposición, definiendo los espacios de colaboración con el gobierno, expresión de la prevalencia del interés general, como los de confrontación, expresión de las diferencias entre proyectos.
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En el seno del PSE algunos integrantes pretenden abrir este debate, convencidos de que el modelo de relación con el PNV ahoga el proyecto del PSE. Es un tema muy interesante, pero, a mi juicio, el planteamiento es insuficiente y, en todo caso, el enfoque reduccionista, al situar la causa mayor del ahogo del proyecto socialista en la estrategia de colaboración con el PNV.
El PSE ha obtenido en las últimas elecciones unos resultados razonables, aunque las expectativas fuesen algo mejores. Es decir, con un escaño más, no digamos con dos, esta reflexión no se habría planteado. Se fue a las elecciones realizando una valoración positiva del Gobierno de coalición y situaron la estabilidad y la formación de un gobierno fuerte como elementos estratégicos para hacer frente a la situación creada con la pandemia. Resultaría incomprensible dar la espalda a tal pretensión por razones de partido.
Además no parece muy justo definir los intereses del proyecto en base a los que te pudieran haber dado el voto, ignorando a los más de ciento veinte mil que te han apoyado y que, salvo que se demuestre lo contrario, son favorables a la colaboración con el PNV. La inmensa mayoría de los votantes socialistas prefieren gobernar y colaborar con ese partido a hacerlo con Bildu y otras formaciones.
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Tampoco la aspiración a gobernar en solitario parece hoy una alternativa realista. Pero además la única experiencia habida en tal sentido no fue positiva para el fortalecimiento del proyecto. En las elecciones autonómicas de 2009, en unas circunstancias muy singulares, el PSE logró investir lehendakari a Patxi Lopez con el respaldo del PP. Sin embargo, en las elecciones de 2012 el resultado fue malo con nueve escaños menos y la pérdida de más de cien mil votos, con igual nivel de participación. No se profundizó en las razones de aquel resultado. Sin embargo, a mi juicio, la causa real del debilitamiento residía en que situaba la relación del socialismo con el nacionalismo bajo los parámetros de la confrontación radical, de la mano con el PP, en lugar de la colaboración; que es lo que apoya, por ahora, la mayoría de los votantes socialistas. Por cierto, algo similar a lo que defiende el votante jeltzale cuando no hay mayoría absoluta para gobernar en solitario.
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