Lo del covid evoluciona mal y el discurso de la consejera de Salud avanza del «no vamos bien» a «la situación es preocupante». La única ventaja de llevar ya cinco olas es que al menos sabemos que esto funciona como una montaña rusa inversa: lo ... dramático e imparable es el ascenso. La comparación sirve también para ilustrar lo particular del diagnóstico constante. Sería raro que alguien que comienza a descender por la caída de una de esas grandes atracciones se dijese cada segundo que no deja de bajar y que va cada vez más rápido. Así que la pregunta no es qué intención tiene el virus sino cómo vamos a plantarle cara. Ahora con altos niveles de vacunación y digo yo que con experiencia acumulada. «Cada día cuenta», dijo ayer Merkel, a quien cito solo porque es tradición y también como despedida. Es que esta vez somos nosotros el ejemplo de seriedad. Hemos confiado como sociedad en las vacunas y por esa razón nos estamos contagiando menos. A continuación, nos estamos muriendo también menos, lo que constituye sin duda una ventaja.

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Ahora, tras el visto bueno de la Agencia Europea del Medicamento, el Gobierno vasco quiere empezar a vacunar a los menores de doce años en diciembre. Se esperaba el momento porque los niños, que necesariamente viven entre adultos y son besuqueables por razones evolutivas, están siendo los grandes transmisores del virus. A este respecto quiero decir que es una pena que nuestros adolescentes y jóvenes no maduren y comiencen a comportarse como adultos demonizando a los niños por ser tan contagiosos e impedirles a ellos hacer botellón tranquilamente.

Va a ser interesante comprobar si la vacunación infantil cuestiona una confianza en las vacunas que hasta ahora ha sido masiva. Lo digo porque se trata de una inmunización especialmente solidaria (los menores tienden a superar la enfermedad sin complicaciones) y porque igual es cosa mía pero los antivacunas cada vez hacen más ruido. Aprovechan un malentendido interesado (la vacuna iba a ser la panacea) y sospecho que también el vicio -una mezcla de pereza intelectual y lavado de manos- que ha cogido la política de encomendarse a la Ciencia -con mayúscula- como quien se encomienda a la Providencia.

CONGRESO

Golpe a golpe

El miércoles en el Congreso Odón Elorza dio unos gritos importantes. «¡ETA desapareció! ¡Aquí no hay terroristas! ¡Aquí lo que hay es franquistas! ¡Una derecha de vocación golpista!». Fue un bonito homenaje a Ferlosio por aquello de «el sinaítico placer de dejarse arrebatar en santa ira», y quedó claro: la derecha es golpista. Pero es que ayer Antón Gómez-Reino, que es de Podemos, dijo en la misma tribuna que es la derecha la que asegura que ellos, la izquierda son «ilegítimos y golpistas». Entonces yo ya me lío porque, si todo el mundo es golpista, el golpismo es el régimen establecido y goza de enorme estabilidad. ¿A qué viene entonces tanto alboroto? Solo habría que preocuparse si hubiese por ahí algún diputado que piense que exagerar es mentir, que no es redención sino inteligencia lo que necesita el país o que tampoco serán los rivales peores personas que uno mismo. De existir, ese fanático a la cárcel. Por golpista.

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SUECIA

Paso atrás

Yo también tengo ídolos políticos: Churchill, Menem, Gengis Khan… Pues Magdalena Andersson se impone a todos al convertirse en primera ministra de Suecia y dimitir a las horas por no sacar unos Presupuestos. Un mandato fugaz y una larga vida expresidencial. Mi sueño. Y el de Quim Torra. Por desgracia, Andersson vuelve a intentar obtener la confianza de la Cámara. Qué error. No hay que perpetuarse en el poder. Sobre todo, si como expresidenta te ponen sueldo y despachazo. Doy ese paso atrás como Michael Jackson el 'moonwalk'.

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