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Diada sin rumbo

Editorial ·

Los independentistas deben optar entre contribuir a la democracia pluralista en Cataluña o seguir aferrados al rupturismo

el correo

Viernes, 11 de septiembre 2020, 23:27

La Diada se redujo a una manifestación independentista hace ya ocho años, cuando el secesionismo logró acaparar los actos de conmemoración del 11 de septiembre de 1714 desplazando primero y disuadiendo después a las demás opciones políticas en una fiesta oficial de la que desde ... la Transición habían sido partícipes todos los grupos del arco parlamentario catalán. Ayer los protagonistas fueron, por una parte, los efectos del Covid y las restricciones de salud pública y, por la otra, la división entre los partidos independentistas y entre estos y las entidades civiles de ese espacio ideológico. El coronavirus no solo se dejó sentir en la imposibilidad de convocar una gran movilización y en la diseminación consiguiente de pequeños actos reivindicativos. La pandemia estuvo presente también en el ánimo de muchos secesionistas que han relegado la conquista de una república catalana independiente del primer puesto de sus aspiraciones porque sus urgencias y las del país apuntan a la superación de la crisis sanitaria y sus consecuencias sociales y económicas.

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Igual de visibles se hicieron ayer las diferencias entre las formaciones independentistas después de que en vísperas de la Diada los posconvergentes materializasen la ruptura entre el PDeCat y Junts, Carles Puigdemont haya arremetido por escrito contra Oriol Junqueras, el presidente de la Generalitat contenga las intenciones de ERC de establecer una mesa de diálogo con el Gobierno y este persista en explorar las posibilidades que un independentismo fracturado puede ofrecerle para aprobar los Presupuestos. La probable inhabilitación de Torra por el Tribunal Supremo podría precipitar acontecimientos la próxima semana. Pero lo que resulta incuestionable es que el independentismo gobernante no está en condiciones de seguir atrincherado en la Generalitat, eludiendo sus diferencias internas, sin someterse de nuevo al escrutinio popular.

El secesionismo ha tratado de guarecerse en un aparente unanimismo respecto al 1-O y en la solidaridad hacia los presos del 'procés'. Pero sus integrantes no tienen más remedio que decantarse cuando el movimiento secesionista cuenta ya nada menos que con cuatro grupos en las instituciones (Junts, PDeCat, ERC y CUP). Tienen que decidirse entre contribuir a la democracia pluralista en Cataluña o seguir amarrados al rupturismo de septiembre y octubre de 2017.

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