El Euromillones del viernes: comprobar resultados del 31 de enero

Resignado, me contaba Luis hace unos días que, con 42 años, tiene el triste honor de ser el albañil más joven de Zumaia; en cuanto a mi amigo Xanti, este se me queja de que no encuentra quien quieran tallar con él la madera, devolviendo ... la vida a las viejas embarcaciones. Algo similar ocurre con otro amigo relojero, que continúa su oficio más por el gusto que por lo que le rinde, consciente de que la decreciente calidad y precio de los relojes no invita a repararlos. Siempre me repite que será el último relojero del pueblo. Cualquiera que se pare a hablar con quienes se dedican a los llamados 'oficios' va a encontrarse comentarios parecidos.

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En muchos casos, el desprestigio de los oficios nos ha llevado a situaciones absurdas. Cada verano vuelan desde Uruguay trabajadores de ese país para esquilar las ovejas que los españoles no saben o no quieren 'liberar' de su lana. Qué gran ironía de la historia este ninguneo de la oveja merina. Lo cierto es que esa lana fue un gigantesco negocio para el que se fundó en el siglo XIII la todopoderosa Mesta, institución a la que las dinastías Trastámara, Habsburgo y Borbón mantuvieron sus privilegios durante casi cinco siglos. Adicionalmente, yo considero incívica la actitud de infinidad de desempleados -jóvenes y saludables- que prefieren quedarse en su casa cobrando un subsidio que aceptar trabajos de recogida de frutos del campo. Unas cosechas que recogen con toda dignidad miles de personas venidas desde los Balcanes y Marruecos. Queremos que haya fruta abundante y barata, pero no recolectarla.

Conviene recordar que el filósofo Sócrates era cantero de profesión. Y que en la Casa de Habsburgo -la dinastía más longeva de Europa- todos sus miembros debían dominar un oficio manual, además de todos los conocimientos y lenguas necesarios para gobernar. Esa educación mixta reforzaba su tradicional cercanía a la gente común; y que hiciese falta una guerra mundial para destronarles. Y es que lo intelectual ha ido siempre de la mano de lo manual, acompasados; como la pierna izquierda con la derecha. Esa dualidad 'intelectual-manual' choca con la creencia de que lo intelectual y abstracto es superior a lo manual y práctico. Que quien aprende un oficio es menos inteligente que el que estudia en la Universidad.

Cuando le entregaron el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales a Howard Gardner, se debió de hacer una campaña de divulgación de la razón por la que se lo dieron: la teoría de las inteligencias múltiples. Según esta, hay hasta doce tipos de inteligencia y todas de alguna forma interrelacionadas. Siendo igual de 'inteligencias' la capacidad de coordinar movimientos (trabajo físico) como la lógico-matemática, y tan relevante la inteligencia colaborativa (trabajar en equipo) como la lingüístico-verbal (dar discursos desde una tribuna). Lo que ocurre es que hasta ahora los test de inteligencia solo alcanzan a estimar las capacidades verbales y matemáticas, no existiendo todavía sistemas de medición para los otros diez tipos de inteligencia identificados.

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La dignificación social del trabajo manual es un proceso de siglos. Los Reyes Católicos eximieron de la alcabala (una especie de IVA) a los orfebres que trabajaban el oro y la plata ajenos; pues los consideraban 'artífices', no comerciantes. Razón por la que tanto ellos como los pintores firmaban con cada cliente contratos separados para el trabajo y la compra de los materiales necesarios. Ventaja fiscal que, sin embargo, no les permitía a ambos colectivos el acceso a cargos públicos. Gran escándalo provocó entre muchos caballeros de la Orden de Santiago que Felipe IV le concediese a Velázquez el derecho a llevar la cruz jacobea; orgulloso, este se la pintó -y de exagerado tamaño - sobre su pecho, en 'Las Meninas', pues quería ser recordado como un caballero.

Hoy, a nadie se le ocurriría afirmar que Pablo Picasso no fue inteligente a pesar de que no se sacó título alguno, no sabía matemáticas y escribía lo justo. Y si a este se le valoran sus inteligencias espacial y kinestética (movimientos), ¿por qué no se estiman también en el albañil, el carpintero y demás oficios manuales? Para erradicar la injusta y absurda infravaloración de 'lo manual', debemos comenzar por explicar detenidamente este asunto en la escuela. Tanto las capacidades necesarias para realizar cada trabajo, como las remuneraciones y los índices de desempleo.

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Por su bien, debemos evitar que tantos jóvenes tengan -vía la Universidad- una vida laboral de trabajo precario y desempleo cuando podrían ser unos dignos, satisfechos y bien remunerados trabajadores manuales. Lo podemos conseguir; prueba de ello es lo mucho que se valora jugar profesionalmente al fútbol, actividad carente de las sobrevaloradas inteligencias verbal y matemática.

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