Todos para dentro

El juicio en el que se resolverá la denuncia sindical tiene fecha: octubre. Pero el año que viene. Así que en Arkaute igual terminan ahora con el doble de alumnos y dentro de nueve meses, cuando empiecen las prácticas, la Ertzaintza tendrá el doble de agentes en pruebas. Es lo nunca visto: un superávit de aprobados. Que la mitad de esos aspirantes puedan llegar a formarse y practicar en vano transforma la situación en un complicado disparate en el que todo el mundo puede salir perjudicado. Se haga lo que se haga. Incluso quienes se presentaron a otras oposiciones y no disfrutaron de la apertura de puertas en la prueba final.

Por cierto, aunque nunca he pasado por una, siempre me han fascinado esas entrevistas en las que la propia personalidad es juzgada en directo por psicólogos adiestrados, gente a la que sencillamente no le puedes dar gato por liebre. Te hacen una pregunta aparentemente inocua, tú respondes lo que te parece no solo más presentable, sino más digno y ejemplar, y el psicólogo detecta al instante que mientes y que no eres de fiar y que tu madre quería más a tus hermanos, sobre todo al pequeño. El único modo de que el psicólogo sepa que eres un tipo listo y estás al tanto del juego mentalista que se trae entre manos es por supuesto no dar la respuesta idónea, sino la peor posible. Háganme caso. Entras a la prueba de la Ertzaintza, te preguntan qué tal estás y tú contestas que abrirías fuego de inmediato. O que libertad Pablo Hasél.

El papa Francisco pide perdón por aquello que la Iglesia pudiese hacer en México que no «contribuyese a la evangelización». No es la primera vez que la Iglesia hace algo así, pero sí la primera que lo hace respondiendo a López Obrador, la clase de mandatario al que conviene no hacer caso. Como los desastres nunca vienen solos, sale Iván Espinosa de los Monteros a preguntarse qué hace el papa pidiendo perdón si es argentino. Hombre, no sé, también es el papa. Que López Obrador va a volver con lo de las disculpas históricas ni se cotiza. Yo le pediría perdón. Por la Conquista y por lo de Bertín y las rancheras. Luego, para demostrar que todo es complicado, recordaría que los conquistadores deben de ser más bien los ascendientes de los americanos. Por lo general, a los que estamos a este lado del Atlántico los tatarabuelísimos se nos quedaron en tierra. Ojalá los míos pensasen que el Nuevo Mundo, buf, menuda trabajera.

Que el precio de la luz haya sido uno de los asuntos del verano encierra una paradoja doméstica: en verano se necesita menos la luz. Porque los días son largos, se está poco en casa y se comen ensaladas. Si hay que ahorrar, el aire acondicionado se apaga y a sudar. Apagar la calefacción en invierno es más difícil. Como no dar la luz si anochece a las cinco. La noticia no es solo que el precio de la luz alcanzase ayer un nuevo récord, sino que lo hizo ya en otoño. Avanzamos con brío hacia la hipótesis peor: sube la luz y bajan las temperaturas.