De todos, para todos
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El Rey apela al diálogo y subraya que «España no puede ser de unos contra otros» al inaugurar la legislatura con el Parlamento más polarizadoel correo
Martes, 4 de febrero 2020, 00:18
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Editorial ·
El Rey apela al diálogo y subraya que «España no puede ser de unos contra otros» al inaugurar la legislatura con el Parlamento más polarizadoel correo
Martes, 4 de febrero 2020, 00:18
La XIV Legislatura, surgida de las elecciones generales del 10 de noviembre, fue inaugurada ayer por el Rey con un discurso en el que recordó que «concordia, reconciliación y libertad fueron palabras que resonaron hace 40 años y movilizaron a todo un pueblo». Felipe VI ... destacó la «vocación integradora y respetuosa con nuestra diversidad territorial» que representa la Constitución, y subrayó que «pactar y disentir son consustanciales» a una democracia plenamente consolidada como la española. Consciente de que el diálogo y el debate propios de la vida parlamentaria pueden atravesar dificultades en unas Cortes Generales fragmentadas y polarizadas como nunca, el Monarca quiso transmitir un mensaje al conjunto del país: «España no puede ser de unos contra otros. España debe ser de todos y para todos». La inmensa mayoría de los diputados y senadores presentes en el hemiciclo dio muestras de coincidencia y reconocimiento hacia las palabras del Rey y a su figura. Una minoría -incluidos los del PNV- optó por no aplaudir su presencia. En una sociedad abierta, todas las opiniones políticas pueden aspirar a su presencia institucional y a ver expresadas sus críticas en el foro parlamentario. Ninguna institución del Estado -tampoco la Corona- está al margen del ejercicio de esa libertad.
El disenso puede llevar a un grupo de electos a ausentarse de una sesión solemne como la de ayer, a riesgo de ser objeto del reproche de los demás. Pero los términos en los que ERC, JxCat, EH Bildu, la CUP y el BNG se pronunciaron para explicar su inasistencia no deberían quedar sin réplica. Afirmaciones como la de que «la sociedad catalana, vasca y gallega rechazan mayoritariamente una institución anacrónica heredera del franquismo» faltan gravemente a la verdad. Porque pretenden identificar a la Monarquía con la dictadura y arrogarse las formaciones soberanistas que las pronuncian el sentir de todos sus conciudadanos. Acusar al Rey de «intentar imponer proyectos y valores antidemocráticos» y reclamar que «deje de ejercer su tutela sobre la ciudadanía y sobre los gobiernos y parlamentos que de la voluntad popular emanan» tergiversa su función constitucional e incurre en un juicio de intenciones que en nada se corresponde con la actuación de Felipe VI. Resulta preocupante que entre los autores de semejantes despropósitos dialécticos figuren partidos que favorecieron la investidura de Pedro Sánchez y de los que depende la estabilidad del Gobierno.
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