![David Bowie y las elecciones vascas](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202005/13/media/cortadas/braulio13-kYdG-U110147433716JxH-1248x770@El%20Correo.jpg)
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Mi buena amiga y mejor politóloga Eva Silván me ha regalado un libro sobre la vida de David Bowie contada por él mismo a través de unas cuantas entrevistas. Si hay alguien al que se le puede aplicar con precisión esa frase tan manoseada de ... ser un adelantado a su tiempo es a Bowie. El tamaño de su legado está influenciado por su ruptura continua de los paradigmas dominantes del rock y el pop. En los 70, con la crisis del petróleo y el mayo del 68 de fondo social y político, se inventó un personaje que anunciaba el fin inminente del planeta debido a la falta de recursos naturales. En los 80 anticipó los 90. Leía el libro de Bowie de forma simultánea con la Prensa dominical que venía cargada de análisis sobre el nuevo tiempo en que todo va a cambiar y en el que las elecciones vascas empiezan a tomar cuerpo en el horizonte cercano. Decía David Bowie en 1977 que sus decisiones artísticas en general se basaban en una premisa. En cuanto un sistema o un procedimiento funciona, se vuelve obsoleto. El artista inglés iniciaba entonces un movimiento hacia otra parte del tiempo, anticipando un mundo que todavía no existía pero que no le impedía pensarlo y construirlo. Este principio choca con los rígidos esquemas de los partidos, tanto conservadores como progresistas, que tienen que presentarse a las elecciones cada cuatro años. También en Euskadi.
En cuanto un sistema o un procedimiento funciona, se agarran a él para rentabilizarlo política y electoralmente hasta el aburrimiento. Y si ese mecanismo funciona repiten siempre el mismo disco, incorporando como mucho nuevos arreglos a alguna canción. La pandemia del coronavirus ha sorprendido a todos los representantes políticos del mundo sin anticipar el futuro. El límite de la creatividad, la innovación y la valentía en la toma de decisiones políticas ha venido impuesto por el horizonte electoral de cuatro años que obliga al cortoplacismo y a los ajustes mínimos del sistema.
Las respuestas políticas que estamos viendo no invitan a pensar en cambios radicales. Endeudamiento y déficit que harán más pobres a las siguientes generaciones. Y, sobre todo, harán más pobres a los hijos de los que ya son los más pobres. Jaleamiento del consumo que hará que se agoten antes los recursos de la tierra, que aumente la temperatura del planeta, y reforzará nuestro insostenible modelo de desarrollo.
Las elecciones vascas mostrarán la primera escenografía política de una campaña en tiempos de pandemia. Si los que tuvieron éxito en las últimas elecciones repiten las canciones para mantener su audiencia perderemos la oportunidad de cambiar. A las candidatas les correspondería seguir la estela transformista de David Bowie que sería lo que pedirían estos tiempos de certezas rotas en los que vale la pena arriesgar todo.
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