Culito hipnótico

Furgón de cola ·
Un reguetón tórrido y medio en inglés representará a España en Eurovisión

Pablo Martínez Zarracina

Lunes, 31 de enero 2022, 00:05

Ni las pandereteiras electrofeministas ni Rigoteta guiando al pueblo. Al final saltó la sorpresa y el Benidorm Fest lo ganó una joven de origen cubano que responde por Chanel. Su madre le puso el nombre por la firma de moda. Lástima. También podía ser por ... Antonio Chenel, 'Antoñete', y que hubiese bailado una letra en el Registro. Pero vayamos al asunto: Chanel ganó con 'SloMo'. La verdad es que la frase anterior es una de esas que nunca pensarías escribir en un periódico. Pues agárrense. 'SloMo' viene de 'slow motion', o sea, 'cámara lenta'. Porque el tema que representará a España en Eurovisión trata sobre una mami que apenas hace doom, doom con su boom, boom, te tiene dando zoom, zoom. El boom, boom, digámoslo claramente, es el culo de la mami, que no tiene ningún «problema monetary» porque vuelve «loquito a todos los daddies». Parece un triste caso de prostitución, pero la canción no se centra en eso, sino en la necesidad de poner un vídeo a cámara lenta -también de darle al zoom, zoom- para ver mejor el culo anteriormente citado, o sea, el boom, boom. «Booty hypnotic» detalla el letrista, y yo lo traduciré en un pentasílabo: «Culito hipnótico». El letrista, por cierto, es de Vitoria, pero vive desde hace años en Estados Unidos, cabe imaginar que desterrado.

El triunfo de 'SloMo' ha causado un gran escándalo. Es que el culito hipnótico se ha impuesto a las propuestas empoderadoras, feministas y plurilingües de Tanxugueiras y Rigoberta Bandini. Es un poco como si hubiese triunfado el fascismo, solo que el fascismo «pa romper caderas y romper corazones». En las redes los tuiteros de progreso denuncian el tongo, hostigan a Chanel y cuentan las palabras en inglés que contiene el tema ganador por si incumpliese las bases del concurso. Todo apunta a que el Benidorm Fest terminará en el Supremo. O en la Justicia belga. Y puede que rompiendo el Gobierno de coalición. Si se fijan, el país se emplea a fondo en los debates que son estrictamente de ficción. Lo de afearle las palabras en inglés al reguetón tampoco tiene sentido. Si son las que sí se entienden. El verso «Te endulzo la cara en jugo de mango» está escrito aparentemente en español y a saber qué quiere decir. Aparte de, con toda probabilidad, algo ilegal.

Australia

Guerra y partido

El Open de Australia comenzó con Djokovic convirtiéndose en el líder mundial de la rebelión antivacunas y con su padre a dos pasos del discurso de Gazimestán en cuanto veía un micro. Ayer el Open de Australia terminó con Rafa Nadal levantándole un partido épico al ruso Daniil Medvedev. Todo esto quiere decir algo en términos políticos. No tengo ni idea de qué, pero la nueva Guerra Fría es como la antigua y llena el deporte de geoestrategia. Acuérdense de Rocky e Ivan Drago. Pues Medvedev se apellida como un exprimer ministro de Putin y Nadal es una potencia occidental en retirada. Imagino que lo ocurrido ayer en Melbourne repercutirá de algún modo en el Báltico. Pero no hay tiempo para analizarlo. En tres días empiezan los Juegos Olímpicos de invierno nada menos que en Pekín, con su boicot diplomático y la Inteligencia checa señalando la 'app' oficial del torneo como una herramienta de espionaje.

Castilla y León

Hologramas

El de Francisco Igea es uno de los positivos por covid más inoportunos de toda la pandemia. El candidato confinándose justo al inicio de la campaña. Por ahora, Igea manda vídeos desde su casa. Está como «un león enjaulado». Y hoy participa telemáticamente en el debate electoral. Lástima que lo de los hologramas no termine de funcionar. Erdogan utilizó uno en 2014. Tres metros de alto medía su imagen en aquel mitin. Ojalá Igea confinado pero apareciendo gigantesco, qué sé yo, en Segovia. Como un Godzilla liberal. Por encima del Acueducto.