Borrar

Amedia mañana de ayer me llegó el anuncio de un libro acerca de una sentencia prefabricada. Sin las virtudes de brujo de su autor, lo único indiscutible era que su libro sí que estaba fabricado de antemano. Luego desapareció el mensaje, quizás por su habilidad ... en desenmascararse él solo. Algo así ha sucedido con todo lo demás. Quizás porque la filtración del fin de semana había puesto a cada cual en su sitio (en el sitio de antes), lo cierto es que para estas horas todo sigue el guion previsto. Pedro Sánchez y su Gobierno ocupando un ancho centro y afirmando cosas rotundas -«cumplimiento íntegro de la sentencia»- que se saben relativas al depender solo de la norma penitenciaria. Pablo Casado en su perfil egipcio, pero apretando, esquivando que este fuego lo encendió su partido y proponiendo leyes para que a futuros encausados por esta intentona no los salve ningún tribunal. Albert Rivera en inútil pose de hombre de Estado pidiendo reuniones al más alto nivel. Pablo Iglesias contenido, como si quisiera confirmar otra vez que por este asunto no había -ni habrá- argumento para no compartir Gobierno. Santiago Abascal atizando el fuego de los infiernos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo Todos contentos