Confianza inversora

La subida, que fue generalizada ayer en los mercados globales, y adquirió una mayor potencia en el alemán, que ganó casi un 3%, tuvo como principal causa los buenos síntomas que transmite la nueva ronda de conversaciones comerciales entre Estados Unidos y China. Un acuerdo entre las dos potencias supondría un alivio importante en una economía global que se desacelera por, entre otras razones, el levantamiento de barreras arancelarias. También sirvió de apoyo la posición más constructiva de todas las partes para llegar a un acuerdo sobre la frontera de Irlanda y que así pueda haber un Brexit pactado. De hecho, la libra esterlina registró ayer una apreciación de casi un 2% frente al dólar, para marcar máximos desde el mes de junio, lo que celebró IAG.

Los inversores compraron la posibilidad de que se lleguen a despejar las dos incertidumbres. Y, por ello, aumentaron sus posiciones en Bolsa y en otros activos de riesgo, como el petróleo, aunque éste pudo subir también por los riesgos crecientes que hay en Oriente Medio: ayer hubo una explosión en un petrolero iraní cerca de Arabia Saudí.

Por el contrario, siguieron reduciendo posiciones en los activos refugio. Por ejemplo, en los bonos, especialmente en los estadounidenses (pese a que la Fed anunció que comprará 60.000 millones de dólares al mes en títulos a corto plazo para calmar las tensiones de liquidez), así como en el oro, que ayer cayó hasta los 1.480 dólares la onza.