Mientras que en los contratos onerosos se da una condicionalidad recíproca, en aquellos otros de carácter gratuito podría parecer que se hace abstracción de esta característica. Pero la verdad, como siempre, es más dialéctica y matizada. También las donaciones y subvenciones son fórmulas condicionadas.
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Las ... normativas exigen unos parámetros estrictos de registro, operatividad y transparencia para fundaciones, federaciones, ONGs y otras sociedades sin ánimo de lucro o con 'fines de interés general', ya que no rara vez se destapan en su seno escándalos de malversación de fondos. La regulación europea de prevención y blanqueo de dinero sitúa a este tipo de figuras jurídicas entre las de alto riesgo, al puentear la mayoría de las veces los principios básicos de la norma en cuanto a la autenticidad de las operaciones y el origen y la titularidad de los fondos. La condicionalidad que les viene impuesta, en consecuencia, no solo es justa sino también eficiente de cara al interés público y social perseguido.
La ayuda al desarrollo, esto es el apoyo financiero a los países muy pobres, en particular aquellos muy endeudados, tiene desde hace décadas entre sus fórmulas la aplicación de una estricta condicionalidad. Los programas directos del FMI y del Banco Mundial se aplican bajo una serie de pautas que en ocasiones han sido duramente criticadas (bajo la aplicación de los principios del llamado 'Consenso de Washington'). Muy en particular los programas de quitas o alivio de la deuda no se activan en tanto no se superen una serie de estadios previamente comprometidos entre las partes.
La ayuda oficial al desarrollo comprometida por la OCDE y en menor medida por el Grupo de Paris, o macrofundaciones privadas como la de Melinda-Gates, para la financiación de los países muy pobres y de los países en vías de desarrollo, hace años que cambiaron sus prácticas de inyectar fondos en los presupuestos de los países de destino. No solo los usos y abusos convertían las ayudas en inoperantes, en ocasiones acabando en las cuentas privadas de gobernantes corruptos, sino que podían afectar a estructuras productivas internas como las recogidas con el nombre de 'mal holandés', una revalorización no controlada de la divisa nacional que destruía la competitividad de la industria local. El modelo actual consiste fundamentalmente en la financiación de proyectos o programas a posteriori, una vez verificado el cumplimiento de los estándares de desarrollo de los referidos programas o proyectos.
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En julio de 2012, cuando España debió apelar ante del Mecanismo Europeo de Estabilidad para la concesión de un crédito de hasta 100.000 millones de euros y afrontar de esta manera la crisis de las cajas de ahorro, la aprobación del rescate quedó condicionada por hasta 32 condiciones para el sistema financiero y alguna más de política fiscal y gobernanza institucional. Los hombres de negro -la famosa 'troika'- visitó Madrid cada tres meses durante un largo periodo de tiempo para comprobar el cumplimiento de las condiciones pactadas.
El 27 de mayo pasado tuvo lugar el lanzamiento del programa de la Comisión europea 'Nueva Generación europea' que incluye un Fondo de Recuperación y Resiliencia de 560.000 millones de euros. El objetivo de la facilidad es ayudar a los Estados miembros a financiar sus planes de recuperación y consta de 310.000 millones de euros en subvenciones y 250.000 millones de euros en préstamos. Queda mucho camino para que la propuesta se convierta en norma europea. Según los cálculos preliminares se adjudicarían a España hasta 61.700 millones de euros a fondo perdido para inversiones de corte europeo y gran aliento renovador para reconvertir algunas de las estructuras dañadas de nuestra economía y abordar otras de modernización y adaptación al futuro.
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Naturalmente que la disposición de estos fondos va a estar sujeta a condicionalidad. No solo porque será la única manera de madurar la voluntad de los 'cuatro frugales' -Suecia, Austria, Holanda y Dinamarca- sino porque se trata no de un programa de 'auxilio' o solidaridad en abstracto, sino de un compromiso europeo en un territorio europeo, que es justo y conveniente condicionar a estándares europeos.
Lo decisivo es que los fondos lleguen. El 17 y 18 de julio próximos se reunirá el Consejo Europeo. El 'megabox' de Charles Michel, término usado en el argot comunitario para el paquete de negociación, está en marcha.
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