Aunque habrá tiempo de reclamar responsabilidades políticas, es cierto que hay quien, desde la política, se ha apresurado a saltar a la palestra para señalar irresponsablemente a la Aemet y escurrir así el bulto. Sería peligroso que se quebrara la confianza en los representantes políticos, ... pero a veces da la impresión de que se afanan para que se genere esa desafección; en cambio, frente a la inoperancia, hemos visto también cómo los vecinos de las zonas afectadas por la dana se prestaban ayuda unos a otros con cuerdas, con mantas, con sábanas y, sobre todo, con la decisión y la celeridad que parece que han faltado entre quienes debían gestionar la crisis. Desde hace unas semanas suena en televisión la canción machacona y pegadiza de un anuncio que habla de un tal Jose, un vecino siempre dispuesto a echar una mano, como tantos hemos visto en Valencia: «Mi vecino Jose, el vecino soñado, se merece una rotonda o ser eurodiputado. Mi vecino Jose, Patrimonio de la Humanidad». Pues eso.

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