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Un español que vive en Australia cuenta qué echa de menos de las playas de España: «Nadie juega a palas». Una española asegura que los holandeses son tacaños. Una estadounidense alucina con las cosas que encuentra al hacer la compra en España. Una española explica ... el choque cultural de vivir en Portugal: «Los portugueses son muy lentos». Últimamente, han proliferado este tipo de informaciones que recuerdan a aquellos chistes de «van un catalán, un andaluz y un vasco», construidos a partir de estereotipos.
Este nuevo regionalismo global, que se estanca en la generalización, no pretende hacer gracia; al contrario, se presenta con aires sociológicos. Es una pena porque conocer otras culturas es una experiencia enriquecedora, pero queda, así, reducida a la anécdota pintoresca. A este paso, las viejas casetes con chistes casposos van a terminar siendo consideradas estudios antropológicos.
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