La Korrika es un fenómeno cultural, deportivo, festivo y, por supuesto, estético. La carrera, vista desde la distancia, resulta colorista y alegre, pero merece la pena observarla de cerca y comprobar que el arco de la indumentaria de los participantes es muy amplio. Por un ... lado, destacan los profesionales que van ataviados como si fueran a correr el maratón de Nueva York; y en el extremo opuesto figuran esos corredores, que van vestidos como cualquier día y que dan la impresión de haber sido, simplemente, absorbidos por la Korrika. Además, tenemos al grupo que luce el 'merchandising', a las familias conjuntadas, a los mendizales y a los aficionados del Athletic, que este año merecen una mención especial.

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El resultado es divertido y refleja cierta pluralidad, al menos estética. A mí me gusta esa falta de uniformización, que cada quien lo viva como quiera y que tenga cabida cualquiera; tanto tipi como tapa, si me permiten resumirlo así.

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