Fui a recoger las pocas pertenencias personales que supuse eran invaluables: mi gato, mi decisión de viajar, mi soledad». Es una frase de Colette que ... nos gusta a quienes amamos a los gatos, y que me hizo pensar que la escritora francesa debía de viajar muy ligera de equipaje. Hay también quienes mantienen que para vivir felices no hace falta mucho equipaje: una sonrisa, un beso, aceptar el presente y la luz del sol. Muy ligero, todo. Sin embargo, el kit de supervivencia que propone la Unión Europea pesa bastante: una radio a pilas, combustible, un extintor… la lista es más larga, ya lo saben. No deja de resultarme curioso que, si atendemos a los preceptos de la autoayuda, hagan falta menos cosas para vivir que para sobrevivir. Conviene, en todo caso, -y enlazo con Colette- que si llegan mal dadas, conservemos en buen estado algunas pertenencias invaluables, como la tranquilidad y la esperanza. A ver si no terminamos desquiciados antes de tiempo.
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