Escribe Ander Izagirre en 'Cansasuelos' que algunas ciudades terminan de repente, justo detrás del bloque de viviendas recién construido, en un barrio aún a medio urbanizar, en una acera de baldosas nuevas y un poco manchadas con restos de tierra de la parcela anexa. «Das ... un paso en las baldosas y el siguiente en la tierra. Ya está. Otras ciudades se disuelven poco a poco, en las avenidas exteriores se les va colando un poco de industria, unos talleres, unos almacenes, unos pabellones, algún bar todavía (…)», dice.

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Puede que de los años se salga como de las ciudades; algunas veces, el primero de enero llega de pronto, cuando estábamos a otra cosa; otras veces, lo buscamos desde lejos, tras haber huído atravesando descampados. Lo cierto es que la transición de un año al otro siempre nos lleva a alguna parte, aunque no sepamos aún si nos dirigimos hacia tierras fértiles o hacia terrenos baldíos. Nochevieja es una gasolinera en mitad de la madrugada.

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