Si algo está claro actualmente es cómo se tienen que pagar las cosas que tienen precio; sin embargo, hay una operación económica que no está ... del todo establecida: el abono en bares con tarjeta de crédito. En muchos se permite, y en algunos, no. El otro día entré a un bar del centro de Bilbao a tomar un café -un café que me costó 1,90 euros- y cuando fui a pagar con la tarjeta, la camarera me preguntó si no tenía monedas. Le contesté que no y entonces su compañero, que espero que fuera el encargado del bar, farfulló que allí había que ir con dinero. Me señalaron un pequeño cartel que informaba al respecto.

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Entiendo que la forma de cobrar depende del establecimiento, del mismo modo que depende del cliente regresar o no al establecimiento. Yo a ese bar no volveré. Han cambiado mucho las cosas, pero creo que no debería cambiar que, a un lado y al otro de la barra, se imponga la amabilidad.

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