Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
En nuestros días, hay pocas emociones tan intensas como la de intentar resolver un trámite administrativo por vía telemática. Por no se sabe qué motivo, nuestros gobernantes suponen que quien más y quien menos es un experto informático y un habilidoso internauta, tal vez porque ... las historias de ciencia-ficción daban por hecho que, a estas alturas del siglo XXI, nos moveríamos por nuestras ciudades y pueblos en aeronaves aerodinámicas y llevaríamos trajes anatómicos de tejido plateado. No hace falta decir que esas predicciones no se han cumplido, al menos en el momento en que escribo estas líneas, pero parece ser que la obligación del manejo popular de Internet viene a servir de consuelo para esa decepción.
Entra uno en la página de algún organismo público y de inmediato empieza la aventura, muy parecida a la de entrar en una pirámide maldita repleta de trampas, de pasadizos engañosos que no llevan a ninguna parte, de laberintos que te devuelven al punto de partida y de cámaras herméticas en las que no sabes cómo has entrado ni cómo salir. Lo frecuente es que, durante el proceso, acabe uno maldiciendo al organismo en cuestión como ente abstracto y a los programadores como entes anónimos, aunque algo más concretos que el organismo en sí. (Algo es algo). Se imagina uno a esos programadores en el instante de colocar sus trampas. Por ejemplo: «Una vez que el usuario haya rellenado sus datos, pon una casilla en la que se le pregunte si se acoge al protocolo XBY o al DXL», le indica el programador jefe a su ayudante, que le pregunta: «¿Y qué es eso?». El jefe le responde: «Nada, pero así le creas la angustia de la indecisión». Como no hace falta decir, tanto si eliges la casilla del protocolo XBY como la del DXL te saldrá una ventana emergente para advertirte de que se ha producido un error de reconocimiento del requisito 133, de modo que tendrás que volver a la página de inicio, donde teclearás tus datos de nuevo, pues ese retroceso los habrá borrado.
¿Y? Sí, de nuevo error en lo del 133. Pinchas en 'ayuda' para enterarte de qué es con exactitud el requisito 133 y allí te lo explican amablemente: «Para verificar sus datos, adjunte archivo de identificación 156 en formato VTV o JXLI», así que vuelves a pinchar en 'ayuda' para consultar en qué se diferencian esos formatos: «Seleccione interfaz de procesamiento correlativo en función de su IPTR. No válido en PC2W». De manera que te vas a la cocina, coges una cacerola, te la colocas entre las piernas y te pones a aporrearla como si fuese un tantán, aullando para ahuyentar a los demonios telemáticos que se te han colado en la casa. Nostálgico, en fin, de la vida salvaje, en la que la firma digital consistía en dejar la huella de tu mano en el muro de la cueva.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.