Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
En 1907, Robert Hugh Benson escribió una novela distópica con este título, que recomendó Bergoglio, hace poco. ¿Quién es hoy el 'señor del mundo'? Asistí a un simposio del Instituto Elcano, en el que se analizaba esto precisamente. Dónde está la última decisión que nos ... afecta a cada uno. Quién demonios manda, vamos.
Allí desgranaron los distintos óbices de los que adolece cada uno de los poderes que creemos tan poderosos. Ciertamente, no manda el Papa ni religión alguna. ¿El presidente de Estados Unidos? Puede tener mando en plaza, pero digamos que sobre mí no va a legislar nunca nada, por ejemplo. Tampoco los imaginados 'lobbies' ya sea de masones o sociedades secretas, más para la ficción que otra cosa. ¿Los organismos supranacionales? Pues ojalá… pero no. Porque una cosa es influir y otra tener poder.
El único poder real reside en los Estados: en cada uno de ellos y solo para con sus conciudadanos. Un gobierno sobre sus gobernados. ¿Y es eso suficiente? No lo parece. Lo que estamos viviendo con Ucrania es preocupante. La OTAN puede influir, pero no tiene poder. Es una pena que no haya un árbitro de consenso que pueda decidir. Y ahí estamos, con negociaciones, con paños calientes. Que estemos hablando ya de la ¿decimocuarta? vacuna (que a este paso nos tatúan a todos una diana en el hombro) y que en África no sepan de qué va el rollo, está regular. Se echa de menos una autoridad internacional con poder ejecutivo: que ponga orden. Que tenga poder. Controlado, eso sí. Y ahí veríamos de qué somos capaces como raza humana. Porque, como decía Platón, lo que define a una persona es lo que hace con el poder.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.