Hasta una tía Tula tenía

El padre del diseñador Miguel Milá fue presidente de la Diputación de Barcelona con Primo de Rivera. Lo encarcelaron durante la Guerra Civil y la familia se fue a vivir con su tía Tula. Volvió a presidir la diputación, pero duró poco. Terminó un discurso: « ... Que el grito de '¡Arriba España!' signifique que salga humo de las chimeneas de la industria. '¡Arriba las chimeneas!'». Esta frase provocó su destitución. Miguel Milá se educó en la escasez. Y aprendió de lo que veía. Diseñó esas lámparas que tenemos (o querríamos tener). Su hermano Leopoldo, que le enseñó a pensar y a conducir, diseñó la Impala de Montesa. Otra hermana machacó al Papa para que quitaran del catecismo la justificación de la pena de muerte. En 'Lo esencial' (Lumen) cuenta esto y mucho más. Me da mucha envidia ese ambiente y esa educación. Claro, que pensando en la que habrán tenido esas niñatas detenidas en las manifestaciones ultras de Gran Bretaña, me doy por educada.