El otro día comí con unas amigas. No recuerdo que tratáramos asuntos políticos mientras zampábamos (yo, un escalope que tumbaría el troncomóvil). A no ser, claro, que todo sea político. Repasamos los novios de Terelu Campos. Eso llevó un buen rato porque siempre se nos ... olvidaba alguno. Era como la lista de los reyes godos que tenían que recitar en tiempos de Zipi y Zape. También criticamos el tapón de plástico de la botella de Coca Cola que no hay quien abra y que se queda ahí colgando. Dijo Pedro Sánchez en 'El hormiguero' que la «burbuja del sanchismo», ese «monstruo de las siete cabezas», impide «hablar de las cosas que interesan a la ciudadanía». Coincide el presidente del Gobierno con Vox, que en la lona gigante retirada (no por el contenido, por ser acto de campaña antes de la campaña) podíamos leer: «Decide lo que importa». Nosotras decidimos que el novio de Terelu que más nos gustaba, aparte del segundo marido, era el boxeador.

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