Natalia Ginzburg escribió 'Los judíos' en septiembre de 1972 tras «los sucesos de Múnich». Dice que «si hubiera sido Golda Meir, habría liberado a los doscientos prisioneros como pedían los guerrilleros» (llama así a los terroristas). También escribió que había pensado «que los judíos de ... Israel tenían derechos y superioridad sobre los demás porque habían sobrevivido a un exterminio». Un error, admitió. «No estábamos en absoluto preparados para verlos convertidos en una nación poderosa, agresiva y vengadora». Y acaba con que «nuestro instinto nos empuja a estar de un lado o de otro». Ante esa imposibilidad, «la única elección que se nos permite es estar del lado de quienes mueren o sufren injustamente». Elección que parece fácil, pero es «la única que nos ofrece nuestra época».

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En el muy tarugo siglo XXI sigue la barbarie (asesinatos, violaciones, secuestros). Y encima se critica que a Golda la interprete una no judía como Helen Mirren.

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