Urgente Grandes retenciones en la A-8, el Txorierri y la Avanzada, sentido Cantabria, por la avería de un camión

El 'Napoleón' de Ridley Scott podrá gustar más o menos. A mí, más, aunque solo fuera por las batallas y por Josefina. Pero Scott es un señor. Un tipo bien educado. No como Scorsese o Nolan (y me refiero a la duración de 'Oppenheimer' y ' ... Los asesinos de la luna'). Hay un montaje de cuatro horas de 'Napoleón'. Ya veremos si Apple TV pone esa versión extendida. Dice Ridley Scott que hay que tener en cuenta lo que el espectador puede aguantar sentado en una sala de cine. Casi me echo a llorar al leer sus declaraciones. «Dos horas y media está bien. Tres horas y media es un reto. Busco la duración justa, la que no dañe el ritmo de la historia». No digo que no haya hecho idioteces en la adolescencia como ir toda la noche a maratones de cine. Pero, como diría la señorita Brodie de Muriel Spark a sus alumnas sobre abrir una ventana: «Quince centímetros son perfectamente adecuados. Más es vulgar». Una película de más de dos horas y media es vulgar.

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