Lo más sorprendente de la entrevista de Meghan Markle con Oprah Winfrey es lo menos importante de cuanto dijo (en el fondo fue un alegato 'Black Lives Matter' y una especie de 'Unorthodox' denunciando a una secta que no te deja libertad). Su primer encuentro ... con Isabel II. Contaba la (de momento) duquesa de Sussex que fue después de que la reina volviera de un servicio religioso. Meghan dice que se sorprendió porque «no sabía que tenía que hacer una reverencia» y que practicó en el coche (iría en el camión de 'El coche fantástico'). Vamos a ver. Aparte de suponer que su futuro marido la habría aleccionado por encima en usos, costumbres, protocolo y ranciedades varias, ¿esta mujer no lee periódicos, no ve la televisión, no ha visto 'El rey y yo'? Desde luego, no se puede estar más fuera del mundo real, aunque en este caso el mundo real sea el muy irreal de una monarquía. Lo que viniera después solo podía ser un desastre. Y se veía venir.

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