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Mi amiga Emilia Landaluce siempre está a punto de celebrar su puesta de ancho. Una fiesta que suele posponer hasta mejor día. Y llega la ministra del extraño prestigio y se le adelanta. Pidiendo «ensanchar la democracia» en la presentación de su cuaderno Rubio (Sumar) ... en el Matadero de Madrid. Si no fuera porque Yolanda Díaz tiende a referirse a «las gentes» en femenino, podía haber dicho lo del grano de café con canotier de La Estrella: «Vamos, chicos, al tostadero». Claro que la democracia hay que ensancharla. Pero, como Dalmacio Negro le ha dicho a Emilia Landaluce en una entrevista, «el totalitarismo es la politización de la vida entera invocando la democracia, el humanitarismo y los derechos humanos, que destruyen el Derecho. Los gobiernos se entrometen ya en las relaciones sexuales, en lo que hay que comer, lo que se puede decir…». No veo ensanchadores.
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