![El rol y la persona, las dos caras de los cargos electos](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202009/17/media/cortadas/opi-segovia1-kNmG-U120194429813HIC-1248x770@El%20Correo.jpg)
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Quizás usted también haya sido elegido para desempeñar un nuevo cargo (político o de otro ámbito). Tenga mucho cuidado. Es probable que su entorno confunda su nuevo rol con su persona. El problema es que si usted también lo hace caerá en una trampa muy ... peligrosa.
Los exconsejeros, expresidentes y exdirectores de cualquier organización, no solo del Gobierno, lo saben muy bien. El número de llamadas 'desinteresadas' y de 'amigos' les bajaron a niveles insospechados al día siguiente de dejar su cargo.
Diferenciar su rol y su persona en todo momento le dará una estabilidad y paz interior tanto durante su mandato como después de él. No lo dude, usted acaba de adquirir poder y eso conlleva recibir dos cosas a raudales: elogios y críticas. Déjenme explicarles por qué.
Por un lado, cuando uno se vuelve medianamente importante (cada uno a su escala), una parte no menor de su entorno comienza a rendirle pleitesía, a elogiarlo. Sus chistes, por ejemplo, comienzan a ser más graciosos, parece que además se ha vuelto más inteligente y algunos incluso aseguran que ahora es atractivo físicamente. Pero no se engañe. Sus chistes y su inteligencia no han cambiado un ápice, son iguales que antes de recibir el puesto. No, tampoco es más guapo o guapa que antes. Lo único que le está ocurriendo es lo mismo que le ocurrió al rey desnudo del cuento de H. Christian Andersen. Aunque no lo crea, usted se ha vuelto más poderoso y eso hace que su entorno quiera ganarse favores. Y la forma más sencilla e intuitiva para logarlo es adulándolo. ¿Alguna vez ha hablado usted mal de alguien que habla bien de usted? Seguro que no. Además, de este modo nuestro entorno tiene mayores posibilidades de manipularnos ¡Cómo no voy a tener un gran concepto de aquella maravillosa señora que habla tan bien de mí!
Por otro lado, también recibiremos una mayor cantidad de críticas. No se venga abajo. Le aseguro que el 99% de los ataques que va a recibir, aunque provengan de personas cercanas, no serán personales, sino sobre su rol, sobre su gestión. Como nuevo líder, querrá realizar cambios, sacar a su gente de la zona de confort y llevarla más allá de sus expectativas. Pero liderar es una acción de riesgo y generalmente quien propone realizar cambios y marcar líneas rojas, no es bienvenido. Por ejemplo, si usted es el nuevo consejero del área X, ¿no será más fácil dejar las cosas como están que tratar de hacer incómodas mejoras en la sociedad?; o si tiene un equipo de gente en su nuevo cargo y lamentablemente tiene que reducir su plantilla, ¿no será más cómodo hacer la vista gorda? Muy mala persona tiene que ser para que disfrute incomodando a la ciudadanía o despidiendo a alguien de su empresa. La mayoría de los humanos no somos así. Ahora bien, no espere halagos por estas acciones. Las probabilidades de que el mensajero termine atacado son muy altas. Pero piénselo bien: cuando las noticias son buenas, nadie mata al mensajero. El problema suele ser el mensaje, no el mensajero. La mejor arma para combatir estas incómodas iniciativas es un buen ataque. Pero tomarlas como personales es entrar al trapo, es la estrategia más exitosa que existe para distraer al mandatario de la realización de sus nuevas tareas. Por ejemplo, puede ser que, dentro de su organización, usted sea una persona muy mirada para el gasto. Es más, ojalá cuide rigurosamente de ese dinero, ya que no es suyo. Pero lo llamarán agarrado, tacaño o avaro. Y tiene que entenderlo. Pero no se deje llevar por esos ataques. Es totalmente compatible que en su organización sea así y que, sin embargo, con su propio dinero sea la persona más espléndida y generosa del mundo.
Por último, no olvide que los roles algún día terminan y durante el mandato es muy difícil diferenciar los amigos de los interesados. Tenga mucho cuidado. Dos claves para no caer en la trampa. Por un lado, mantener la humildad frente al nuevo elogio, saber que sigo siendo la misma persona que antes, pero ahora con una mayor responsabilidad. Por otro, tener claro que no debemos tomarnos las criticas como algo personal. Son sólo cortinas de humo para que usted se distraiga y no desarrolle la incómoda tarea de movilizar a otros y remover conciencias apoltronadas. Puede ser que lo esté haciéndolo mejor que nunca. No pierda el foco de que el fin es sacar adelante la tarea activando a todo el equipo.
Conocerse muy bien a sí mismo, le permitirá mantener su autoestima intacta durante su rol. Además, no olvide que a posteriori, si ha diferenciado bien rol y persona, se sentirá mucho más libre de culpa y carga, más consciente de que es humano, de que temporalmente no fue tan increíble como algunos decían ni tan mísero como otros afirmaban.
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