A veces las cosas salen mal y a veces peor. A Simone Biles le salieron mal los Juegos (para su estándar de excelencia, no para el de los deportistas españoles). A Morante le salió peor lo del Puerto de Santamaría con los Prieto de la ... Cal. Lo contrario habría sido extraordinario. Volver a aquel 'Guerrillero' al que Dominguín cortó las dos orejas y el rabo en 1950 en la Monumental de Barcelona. Pero Morante es el mismo antes y después. Un tipo distinto, con partidarios y detractores. Los Prieto de la Cal fueron lidiados (o algo así) por un torero desganao. Una vez dijo la madre de Tomás Prieto de la Cal que antes que mandar sus toros al matadero (por la falta de corridas) los soltaba por la Castellana. Claro que la tauromaquia no es comparable a la gimnasia (por muy artística que se ponga de apellido), pero qué diferencia entre las loas a Biles y la decepción, fracaso y fiasco de Morante. Y si quieren, hablamos de la salud mental de Morante.
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