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El telescopio Pan STARRS de la Universidad de Hawái lo detectó en octubre de 2017. Lo mismo que Rama (el objeto interestelar imaginado por Arthur C. Clarke en su novela 'Encuentro con Rama') Oumuamua venía de otro sistema solar. Pasó por el nuestro y dejó ... tras sí muchas preguntas. Durante diez noches, los grandes telescopios de la Tierra lo escudriñaron, pero desapareció antes de que se pudiera enviar una sonda. Ninguna otra cosa procedente de ese Universo extranjero donde el Sol no gobierna había pasado nunca cerca de nuestro mundo.
Lo llamaron 'El mensajero que viene de lejos y llega primero' (Oumuamua) según la traducción habitual, aunque tal vez podríamos decir 'El primer mensajero que llega de lejos', que suena algo mejor. Ahora BBC Mundo ha publicado una entrevista con Avi Loeb (se puede leer en www.bbc.com/mundo/noticias-57585601), el astrofísico de Harvard que se atrevió a postular la teoría menos canónica, menos 'normal', digamos, sobre el origen de Oumuamua. Porque el objeto en cuestión tenía características extrañas y un comportamiento desconcertante, y enseguida empezaron a nacer posibles explicaciones.
El doctor Mathew Knight, de la Universidad de Maryland, piensa que tendemos a considerar universales los fenómenos físicos que ocurren «cerca de casa» (o sea, de la Tierra); sin embargo, podría haber otros que expliquen la curiosa naturaleza del objeto. Pero cuatro años después, Avi Loeb acaba de publicar su libro 'Extraterrestre: la Humanidad ante el primer signo de vida inteligente más allá de la Tierra' y sigue defendiendo su hipótesis. Si todas las explicaciones que definen Oumuamua como un objeto natural lo caracterizan también como algo nunca antes visto, la posibilidad de que sea un objeto artificial no es más insólita y debe ser tenida en cuenta, dice el científico de Harvard. La mayoría de astrofísicos se niegan a ello por puro temor a que los confundan con guionistas de Discovery Max. Pero Loeb es exquisitamente lógico y completamente riguroso cuando considera su propia aportación entre las otras. Al fin y al cabo, la búsqueda de vida inteligente en el Universo es también una de las misiones en las que está embarcada la ciencia y sería muy inconveniente dejar pasar una posible señal por cerrazón y conservadurismo.
El problema es que Oumuamua ya pasó y no dio tiempo a averiguar su composición ni su forma exacta. Rama, el objeto ficticio de Clarke, volvió a pasar para que Gentry Lee escribiera sus detestables secuelas que Clarke (para su demérito) también firmó. Pero Oumuamua no pasará más, salvo en la memoria. Si acaso los científicos quieren estar preparados para otros posibles mensajeros. «Busco inteligencia en el espacio porque a menudo no la encuentro en la Tierra», ha dicho Loev.
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